jueves, 10 de febrero de 2011

JUAN FRANCISCO BORGES HÉROE DE MAYO Y PRECURSOR DEL FEDERALISMO



Antiguo cabildo de Santiago del Estero.

  
Por Sandro Olaza Pallero 


La revolución de Mayo fue  el desenlace de una maniobra sumamente limitada en su origen, que no traducía las aspiraciones generales del virreinato. Los grupos liberales y europeizantes, inspirados por la situación crítica de la metrópoli, se animaron a dar el paso inicial de la emancipación con el apoyo de los militares. No sólo traducía admirablemente las aspiraciones de los porteños, sino que por imposición de las circunstancias era Buenos Aires la que dirigía y expandía el movimiento. Las ciudades del interior recibieron con sorpresa la noticia de los acontecimientos en la capital, manifestándose desde el principio los primeros síntomas de oposición contra la política impuesta desde Buenos Aires.
Las noticias de los sucesos de Mayo llegaron a Santiago del Estero a través de viajeros que partieron de Buenos Aires y el alcalde primer voto santiagueño, Domingo de Palacio, daba cuenta de que se había constituido una autoridad suprema a consecuencia de los acontecimientos en la madre patria y la renuncia del virrey Baltasar Hidalgo de Cisneros. La primera actitud del cabildo de Santiago del Estero fue prudente y sin pronunciarse expresamente por el reconocimiento del nuevo gobierno. Sin embargo, frente a ese dilema se alzó una voz decidida, era la de Juan Francisco Borges, quien jugó un papel importante en el apoyo santiagueño a la Revolución.
Juan Francisco Borges había nacido en Santiago del Estero, el 24 de junio de 1766, en el seno de una familia noble. Sus padres fueron María Josefa Urrejola y Peñaloza y Manuel Pedro Borges, un oficial del ejército real. En 1781, Borges era ayudante mayor de infantería de los ejércitos del rey y estaba a las órdenes de su padre en la ciudad de La Paz cuando fue asaltada dos veces por las fuerzas rebeldes de Túpac Catari. Herido al tratar de romper el sitio, fue tomado prisionero pero logró evadirse. Su padre y su tió murieron valerosamente en combate contra los insurgentes.
El 15 de febrero de 1783, Borges fue ascendido a capitán del ejército del rey y en 1790 se asoció en La Paz con José María de Iriondo y Benito Blas de Abarlega para exportar la cascarilla o quina que curaba las fiebres. Debido a un problema con el intendente de esa ciudad, fue procesado y enviado a Buenos Aires en 1796. Por intervención del virrey marqués Rafael de Sobre Monte fue absuelto y dejado en libertad en 1798. Pero al año siguiente tuvo un conflicto con Domingo A. Achával, por lo que nuevamente fue arrestado y después de ser liberado regresó a Santiago del Estero.
En 1801 hizo una campaña al Chaco, buscando el casi mítico "mesón de fierro", un enorme meteorito muy conocido por los indígenas, pero cuya ubicación se había perdido. Viajó en 1802 a España, donde fue designado capitán de la Guardia de Corps de Carlos IV y le fue conferido el título de Caballero Cruzado de la Orden de Santiago, mérito singular para un criollo que tuvo el honor de nacer en la provincia cuyo santo patrono era precisamente el apóstol Santiago. En 1807 el rey le otorgó un privilegio económico por sus servicios a la Corona.
 En la madre patria conoció a otro futuro revolucionario argentino, el salteño José Moldes. Retornó al virreinato del Río de la Plata en 1808 y se dirigió a su tierra natal. Al año siguiente apoyó las conspiraciones independentistas de Moldes. El gobernador de Salta del Tucumán le confirió el mando militar de la ciudad de Santiago del Estero en 1810, aún cuando sabía que formaba parte de los independentistas. Producida la Revolución de Mayo, la noticia de la misma llegó a Santiago del Estero el 10 de junio de 1810.
Adhirió inmediatamente a ella y, junto con Lorenzo Lugones, presionó al cabildo local para que reconociera la autoridad de la Primera Junta, lo que recién ocurriría el día 29 de junio. Borges había acusado a algunos cabildantes de “impedir por varios motivos la aceptación, fomentando contrarias noticias de la certidumbre de ella” y les atribuía una descalificación del movimiento “como una borrachera de cuatro tunantes que salieron de un café y alborotaron al pueblo para su ruina”. Borges fue ascendido a teniente coronel y se le encargó la formación de un regimiento de patricios santiagueños, integrado por tres compañías, al frente del cual se incorporó al Ejército del Norte.
A causa de un incidente que tuvo en Jujuy con Francisco Ortiz de Ocampo, Juan José Castelli lo despidió del ejército el 28 de noviembre en Potosí y retornó a Santiago del Estero. Se enfrentó al cabildo de su provincia por la elección irregular del diputado Juan José Lami a la Junta Grande, realizada el 2 de julio. El 15 de julio se dirigió a la Junta, a quien pidió la anulación del escrutinio y señaló la importancia del valor estratégico de Santiago.
Fue el primer reclamo de representatividad de los cuerpos colegiados que se conoce en la historia de la Revolución. La Primera Junta ordenó practicar una nueva elección. No obstante, el 20 de diciembre, Castelli y Ortiz de Ocampo lograron imponer sus candidatos en la elección de capitulares. El Cabildo protestó y nombró a Borges el 4 de febrero de 1811, como su apoderado ante la Junta para reclamar sus derechos electivos.
Una nueva elección fue realizada el 15 de marzo de 1811, resultando elegido Pedro Francisco de Uriarte, a lo cual Borges nuevamente presentó una protesta. Ante estos gestos, al caer la Junta y ser elegido el Primer Triunvirato, su secretario Bernardino Rivadavia lo hizo arrestar y procesar en Buenos Aires. Durante su prisión, fue elegido miembro del cabildo de Santiago del Estero en 1812 y recuperó su libertad, afirmando: “Así es como entiendo que debe ser en obsequio de la justicia, de la unión, libertad y seguridad que rigen ahora nuestros pueblos unidos guardando a V. E. la superioridad de todo pero conservando siempre la soberanía que corresponde a cada uno de por sí, para tratar de sus privativos derechos”. Regresó a su ciudad natal el 8 de diciembre de ese año y fue elegido diputado a la Asamblea del año XIII, pero el gobierno vetó su nombramiento al igual que los diputados orientales.
El diputado por Santiago fue electo por el cabildo de Buenos Aires. Nada de esto podía dejar contento a un autonomista como Borges, que rápidamente se definió como federal y que enfrentó al Directorio que por una parte negociaba con los portugueses y por otra claudicaba con el poder realista. En 1815 era gobernador de Tucumán, Bernabé Aráoz, de la que dependía Santiago del Estero. Borges dirigió una carta al Director Supremo interino, Ignacio Álvarez Thomas, reclamando la separación de su provincia de la del Tucumán. El Director le contestó que sus conflictos serían solucionados por el Congreso que se reuniría próximamente en San Miguel de Tucumán.
El 4 de septiembre de 1815, Borges arrestó al teniente de gobernador y se hizo nombrar gobernador independiente del de Tucumán, declarando a Santiago del Estero como Pueblo Libre, en sintonía con José Gervasio de Artigas. Contaba con el apoyo de la milicia provincial y de buena parte del pueblo. Pero Aráoz reaccionó rápidamente: sólo cuatro días después, un contingente de milicias tucumanas tomaba la ciudad por asalto y Borges fue herido. Lo dieron por muerto y sus hombres se dispersaron. Cuando volvió en sí fue arrestado y enviado preso a Tucumán.
Fue perdonado por el Congreso y poco después escapó de la prisión domiciliaria en que se hallaba y se asiló en Salta, bajo la protección del gobernador Martín Güemes. Participó en los desórdenes que llevaron a la autonomía salteña, y firmó el tratado por el que el Director Supremo José Rondeau reconocía la autoridad de Güemes. El 10 de diciembre de 1816 regresó a Santiago del Estero y volvió a deponer al gobierno. Declaró la autonomía absoluta de su provincia y se autoproclamó gobernador en rechazo a medidas anti-autonomistas tomadas por el Congreso de Tucumán.
Por orden del Congreso, el general Manuel Belgrano envió tres regimientos a reprimir la revolución. El coronel Lamadrid derrotó al coronel Borges en el combate de Pitambalá. Se refugió en Guaype, en casa de los Taboada, pero éstos lo entregaron a Lamadrid. Fue fusilado en el cementerio del Convento de Santo Domingo, cerca de Santiago del Estero, el 1° de enero de 1817, por orden de Belgrano y cumplida por Lamadrid. José María Paz en sus Memorias describió la ejecución: “Cuando me despedí se formaba ya la escolta, y no había andado ni un cuarto de legua, cuando oí la fatal descarga. Borges murió con entereza y protestando contra la injusticia de su sentencia y la no observancia de las formas, pero con los sentimientos religiosos y cristianos”.
En su testamento del 29 de diciembre de 1816, declaró Borges: “Con esto pido perdón a todos que haya ofendido y perdono de todo mi corazón a todos mis enemigos, concluyendo la existencia de mi vida la religión apostólica católica romana que profeso, y en la que creo que me crió por la falta y quebrantamiento y preceptos”. Es de lamentar que Belgrano, al fin, ante la insistencia de los santiagueños, había otorgado el indulto, que por desgracia llegó tarde. Su cuerpo fue llevado a la capilla de Robles y luego enterrado en la Catedral de Santiago del Estero.
Se había casado con Catalina de Medina y Montalvo, con la que tuvo un hijo, Juan Francisco Segundo Borges, que posteriormente llegaría a ser gobernador. Santiago del Estero se separará de Tucumán en 1820. El camino abierto por Borges no cerraría fácilmente. José Gervasio de Artigas no olvidaría la adhesión santiagueña, y dos años después recomendaba a Estanislao López: “Dirija V. S. a Santiago mis insinuaciones con mi proclamación. El caso es imposibilitar los esfuerzos de Buenos Aires y Tucumán en caso de querer repetirlos contra esa heroica provincia cuya energía y entusiasmo servirán de modelo a las demás”.

Fuentes:

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ALÉN LASCANO, Luis C., Historia de Santiago del Estero, Santiago del Estero, Plus Ultra, 1991.
ALÉN LASCANO, Luis C., Los Episodios Precursores y la Revolución de Mayo en Santiago del Estero, Santiago del Estero, Subsecretaría de Cultura de la Provincia, 2009.
BRUNO, Cayetano, Creo en la vida eterna. El ocaso cristiano de los próceres I, Rosario, Didascalia, 1988.
BUSTOS NAVARRO, Arturo, El derecho patrio en Santiago del Estero, Buenos Aires, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales-Instituto de Historia del Derecho Ricardo Levene, 1962.
DI LULLO, Orestes, “Juan Francisco Borges y Juan Felipe Ibarra en la emancipación de Santiago del Estero (Antecedentes e inferencias)”, en Investigaciones y Ensayos n° 10, Buenos Aires, Academia Nacional de la Historia, Enero-Junio 1971.
PAZ, José María, Campañas de la Independencia. Memorias Póstumas-Primera Parte, Buenos Aires, La Cultura Argentina, 1917.
SEGRETI, Carlos S. A., El unitarismo argentino. Notas para su estudio en la etapa 1810-1819, Buenos Aires, A-Z editora, 1991.
 UDAONDO, Enrique, Diccionario biográfico colonial argentino, Buenos Aires, Institución Mitre, 1945.
ZORRAQUÍN BECÚ, Ricardo, El federalismo argentino, Buenos Aires, La Facultad, 1953.




1 comentario:

  1. diculpe, queria saber a cargo de quien deja juan francisco borges a su hijo ?? gracias

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